Borges, Maradona y yo

Jorge Luis
hizo el poema
del cuarto elemento

termina
con un soñoliento
nudo
de numerosas palabras
pidiéndole
al agua
que se acuerde
de él
que no le falte

acuérdate de Borges

así
lo dice
como el Diego
y aunque digas
que es sagrada
el agua del postrero
el Pelusa
diría
lo sagrado es
el Potrero
Jorge Luis
el Potrero

Sánchez no podría
escribir así
sólo conoce 
el quinto elemento
la de Willis
y Jovovich

Qué me importa
Proteo

Vino
te lo suplico
este soñoliento
nudo
de numerosas palabras
que te digo
que lo desate
Dionisio
que se acuerde
de mí
que no me falte
en el postrer momento
y le diría 
como Borges
como el Diego

acuérdate de Sánchez
tu nadador
tu amigo

todos
tenemos
un quinto elemento
Leeloo
Leeloo

Juego de mesa

Autos que pasan, tejas que suenan con el paso de un gato, viento que sacude las ventanas, un avión, ladridos de perros, un helicóptero, trenes, gritos en la calle, sirenas, alguien hablando en la vereda, las contra explosiones de las motos y al final pájaros. Un largo archivo de audio que escucho atentamente una y otra vez.
Girondo, Benedetti, Borges, Gelman, Sabines, Hernández, Buesa, Artaud, Baudelaire, Rimbaud y algunos otros formando un círculo en medio de la mesa dónde escribo y en el centro un mp4 que dejé grabando toda la noche.
¿Por qué este ritual no va a funcionar? ¿Por qué no van a hablar entre ellos?
También dejé papeles en blanco debajo de cada libro y lapiceras:
Los malditos pueden hacer punta, pueden romper el hielo, son los indicados. Nada. Sólo el largo archivo de audio, las hojas en blanco a la mañana.
Me siento mal. Hace rato que no escribo.
Pensé en Jumanji, en el juego de la copa y se me ocurrió el ritual de los libros.
Creo que voy a encontrar escritos algunos poemas, pero no. Escucho atento, ansioso el archivo de audio, espero escuchar la voz de alguno de ellos y nada.
Insisto con el ritual, todas las noches, junto siempre a los mismos, el mismo circulo, lugar, hora, posición, el mp4 justo en el centro, nada cambia, las mismas hojas, las mismas lapiceras, todo se repite una y otra vez.
Autos, gatos, viento, aviones, perros, helicópteros, trenes, gritos, sirenas, voces, motos y pájaros.
Silencio. 
Autos, gatos, viento, aviones, perros, helicópteros, trenes, gritos, sirenas, voces, motos y pájaros.
A veces cambia el orden pero al final: siempre los pájaros. La mayor parte es silencio, mucho silencio. Pongo atención. Me pongo perseverante. Desarrollo distintas formas de escuchar. Juego con el volumen, con filtros de frecuencia, me acuesto entre los libros, me siento sobre los libros, busco en el silencio del audio, en la forma de escucharlo.
Repito, insisto en el ritual, pero en la escucha, busco la manera. Minutos, horas, días , semanas, meses, años, siglos de escucha.
Autos, silencio, gatos, silencio, viento, silencio, aviones, silencio, perros,  silencio, helicópteros, silencio, trenes, silencio, gritos, silencio, sirenas,  silencio, voces, silencio, motos, silencio y pájaros.
Insisto, golpeo con el ritual una y otra vez, persevero en la escucha, busco señales, estoy muy alerta tratando de encontrar cambios, de percibir algo nuevo, sé que existen posibilidades.
¿Por qué este ritual no va a funcionar?
Ruidos, silencio, ruidos, silencio, mucho silencio, ruidos, sigo, golpeo, busco, sigo con mi plan minucioso, necesito escribir, no soporto más, quiero escribir, escucho ruidos, escucho silencio, sigo, sigo, sigo, escucho, escucho, escucho una y otra vez escucho y vuelvo a escuchar y busco en los silencios, escucho, escucho y escucho.

Escriben, miro sus hojas, así, de reojo como cuando me copiaba en la escuela, ellos se dan cuenta, la tapan con su antebrazo. Después cada uno lee, el resto escuchamos en silencio, no decimos nada.
Pasan los días, los meses, los años, los siglos, en esa mesa, trato de ser un poeta. Todo está acá, con ellos. Todo queda acá.
No sé, si Oliverio, Mario o Charles leyó algo que me hizo reaccionar, de alguna manera hice ruido o me moví como si me hubiese dado un chucho de frío, todos dejaron de escribir. Levanté la vista, recorrí todo el perímetro de la mesa, mirándolos, confirmando que todos me estaban mirando.
Fue la primera vez que se dirigieron a mi y me hablaron.
¿Destiñe las hojas de los árboles el ruido de los autos?
¿El gato está en otro tiempo y es el dueño de un ámbito cerrado como un sueño?
¿El viento que sacude las ventanas también baña cabezas y acaricia senos?
¿El avión que se escucha es en el que vienen las estrellas del dueño heroico de las cosas?
¿Los ladridos que se escuchan son los del dios-perro, la perra-dios, el perro estelar o de perros con caderas de bailarín?
¿Cambiará el piloto del helicóptero una tarde de estas?
¿Se escribirán 20 poemas para ser leídos en los trenes, ahora que no hay tranvías o será sólo otro tren expreso?
¿Son gritos o es la risa triunfante de satanás tan enorme y feo como el mundo?
¿No oyes una sirena que llama desde el puerto?
¿Las voces de los que hablan en la vereda dicen que son más bellos los sueños de los locos que los del hombre sabio?
¿Son contra-explosiones de motos o explosiones de soledad como las del viento del pueblo?
¿De quién es el ruiseñor que está cantando o es un albatros que grita porque alguien le sacó el frac para ir a la fiesta de la nada posible?

GMC

Imaginate
que alguien 
no imagina

Imaginate
que alguien
tiene una certeza

Imaginate
que esa certeza
no existe

Imaginate 
que alguien
no imagina
ser quien es

Imaginate
que estoy
llorando de felicidad
porque alguien
pierde la certeza
de ser quien es

Imaginate
la felicidad
del que sabe
que esa certeza
es mentira
y que no imaginaba
tener la certeza
de saber quien es

Imaginate
la maldad
de inventar
una certeza

Imaginate
todo ese tiempo
con caricias
sin piel y sin manos
con besos
sin mejillas ni labios

Imaginate
esa maldad
restale 114
y seguí restando
hasta llegar a 0
que no va a ser igual a nada

y será todo.