Sobre un sueño de Keats que nadie tuvo

Nadie puede enseñarte a ser feliz
nadie
no podés llevar a nadie
cuando flotás en un sueño
te alejas de la tierra
en una tormenta
ey
dónde estás
preguntan
estas distraído
dicen
pero
nadie puede decirte en qué estar concentrado
nadie
porque cuando estas concentrado 
es cuando flotas
y pareces distraído 
nadie podrá susurrarte al oído una verdad
nadie
tenemos un montón de respuestas
para cosas que nadie pregunta 
estamos todos locos
decile chau a cualquier certeza
la búsqueda atormenta
cualquier creencia es falsa
es todo una gran trampa
un mal sueño

Entre poemas tempranos y limericks, uno ocasional para Jimmy

Oh! James Augustine Aloysius
Oh! Jimmy Joyce
qué moderno que sos!
lástima que
O’Sullivan no agarró la máquina de escribir
y mecanografió algunas cosas
como cuando

nos emborrachamos con O’Donnell
y terminamos presos en la misma celda

le hacíamos bullying a Eglinton
que no levantaba la espada
ni aunque quisiera

la pluma a fuente de Wallace
no era tan rápida
como la señorita Moschos
ni hacía letras tan redondas y grandes
como las tetas de Moly Bloom

matábamos
como la señora Turner
ella
media docenas de maridos
nosotros
muchas más
botellas que poemas

ahora
duerme y duerme
porque no camina
pero cuando se despierte y camine
Lucía va a leer estás historias y
lo que dice la prensa
del irlandés de Dublin y de Ulises
mira Jimmy
la clínica tiene mil remedios
pero no le sirvieron
ni a Eliot
ni a Pound

de prisa Joyce de prisa
ya es la hora
se va el buque
hace demasiado calor para seguir
la musa no ayuda
vos te das con escopolamina
yo con una burundanga
y cantemos
cantemos bajito
una balada
para el hígado que perdimos