Un poema para Jorge Luis Borges antes de que cumpla 30 pirulos

Por qué no queres soñar?
Qué perdiste?
Por qué en el amor
hay una pena
que se parece al alma?
tristeza
sangre
heridas
espejos cerrados
ausencia
La luna de enfrente
te mira
no vé
ningún Fervor de Buenos Aires
en tanta oscuridad

No sé
qué pensás de la vida
acá no hay nada más
un mundo
bajo tus pies
arriba
sólo un cielo
y en el medio 
sólo nos resta hacer
actos de vida
como por ejemplo
soñar

En la realidad
la gente se mata entre si
mejor soñar
no te parece?
mirá
los pájaros vuelan
sobre la vida
sobre la muerte
entre las flores
la realidad
es la verdad
también
la mentira

Cada mirada
deforma
o forma las cosas
de maneras diferentes
únicas
para que existan únicos
los sueños
ahí es donde están
los mejores versos

nosotros
de manera azarosa
sólo podemos
elegir color
en el ajedrez del mundo
con o sin dioses
que muevan las piezas
no van a cambiar
ni los sueños
ni las agonías
entonces
sólo resta convertirnos
en El hacedor
y ser El otro tigre
no para sentirse tigre
sino porque su mundo
como el poema
es un instante
no hay antes
ni después
ni nombres
para los lugares
sólo 
ese instante que
como un camaleón
se camufla
se mete
en la cabeza
se acomoda
a nuestra historia
y explota

El temor de Wilfred Owen de caer en la nada

Desde adentro de la ropa
                                       bosquecito verde
brotan flores
rojas
que crecen
y crecen
                                       bosquecito rojo
el día esquiva a la tarde
para caer
en la noche
                                       de esta tierra enferma
todo
quedará lavado
por la nieve
un instante
un llanto
una dulce vida
ya
nada
despertará
el sueño de los hombres

Ahora o nunca: un poema volado para Ricardo Zelarrayán

Me gusta eso que hacés
de trepar
usar palabras como escalones
para cruzar el espacio
o la salina grande
yo
voy en un dreamliner
para ganar altura
para alcanzarte
vos quizá me vez
pasar volando
sobre el pacífico
ya sé lo que pensás Ricardo
Los pasajeros de los jet duermen…
se sienten  muy seguros.
En el jet no hay paracaídas.
Los jet no caen. Explotan.
mientras yo te leo descalzo
despreocupado
no sé si porque no tengo que caminar
porque estoy cómodo
o porque total
no tengo paracaídas
Las pantallitas
encendidas en la oscuridad
son un cielo estrellado
sólo
un rayo de luz pega sobre el poeta
Ahora o nunca
el mismo rayo de luz
de la locomotora del tren de carga
en la salina grande
mientras tanto
leo sentado
La razón pura
o el sueño de la lógica implacable 
porque no estaba parado
estoy serio
sin reírme
porque estoy serio
volando
iluminado con ese rayo de luz que
sólo ilumina a los poetas
y hasta acá
sentados
parados
riendo
serios
o hablando solos
estamos de acuerdo
entramos en las sombras
quietas o inquietas
ahora
Lo de siempre
hay un río que crea orillas
los recuerdos vuelan en jet
y seguimos subiendo
por escalones de palabras
escalabras
o palablones
podrían llamarse
para trepar
entre turbulencias hasta
la que no fue
pero pudo ser
la hasta ahora siempre ausente
en el jurasic park
donde la rosa mató
al iguanodonte
y el picaflor
dejó de aletear y todo
quedo en silencio
aprovecho este silencio
y corto el poema acá

ahí viene el carrito
que pasa justo por el pasillo
transportando la comida
esa
de hospital

………………………………………
………………………………………
……………………………………..

le entré a la pasta
me clave unos vinos
y mientras la gente
sigue conectada por las orejas
a ese demonio que le calcina el marote
sigo con el poema

así

de a una madrugada por día
perdiendo
encendedores
paraguas
y conciencia
quince minutos después
vuelo sobre las salinas
y vos
saliste como un lobo
a verla a ella
vos y ella
ella y vos
se miraron en silencio
sumergidos en el mismo silencio
que se hizo
cuando el picaflor
dejó de aletear
mientras
un avioncito
giraba y giraba 
sobre el vuelo de ustedes
y se vino nomás
se vino
no el vino de tomar
el de venir
el de que llegó
el posfacio con deudas
mientras los humanoides
siguen conectados sentimentalmente
con sus cabezas a circuitos integrados
y el barrio volante
pone el hocico pa'ezeiza
vos
seguis trepando y trepando
por esas
escalabras o palablones
que te elevan
porque es lo que te enseño Macedonio
para poder olvidar este mundo
por eso Ricardo
te leo en este vuelo
iluminado por ese rayo de luz
que solo ilumina a los poetas
o como vos decís
a los hablados por la poesía
chau Ricardo
nos vemos en Tolosa
yo
al ras del piso
te voy a ver
trepar
escapando de este mundo
te dejo
amigo
me ajusto el cinturón
pa'pistear
antes 
de la roña criolla

Después de unos vinos con Jorge Teillier

El silencio
la soledad
ese dúo terrible
que te susurra al oído
todo eso
que no querés escuchar

Una casa sin luz
te hace pensar
en la muerte

Yo no sé
si vemos las cosas
cuando abrimos los ojos
o cuando soñamos
o si nos sueñan
o si nos ven
¿Qué pensarán
de nosotros
las cosas?

afuera 

los autos van y vienen
entre perros y gatos
entre la basura
en la plaza
no hay fotógrafo
sólo queda un hombre
atrás de una caja de madera
que se tapa la cabeza
con un manto negro
para no ver
toda esas capas
de costra
la calesita
como el hombre
se tapó con una lona

Nada se multiplicará 
ni el pan
ni los peces
ni será para todos
pero siempre
será hermosa
la esperanza

La palabra
como la flor
crece
entre los escombros