La historia de un molino muy rojo A.C.

dijo en hebreo
en 1898
soy el mesías
al nacer en Uriff
se casó
con alfonso trece
viajó
con oliverio
y leopoldo
a paris
se juntó
con andré paul y antonin
se codeó
con el conde de lautréamont
en el tortoni
con benito
gracias
a la electricidad
nunca se resfrió
en la calle
fue violinista
periodista en uruguay
pintor 
traductor de francés 
tesler
en adam buenos aires
fiksler
en el que tiene sed
lo echaron
de la biblioteca nacional
y de la vida
se encontró
con dios vestido
en pilchas de loquero
se convirtió
en el hombre
de los ojos atormentados
finalmente
en 1970
el enfermero del borda
ató un cartoncito
en el dedolpié
de Jacobo Fijman
y escribió
causa de la muerte
edema pulmonar
en vez de
POETA

Reincidencia - caligrama


Cuchá, Szpunberg, lo que nunca te dije

I

después del solo de botella todo da vueltas al sinpaz de la música, me agarro de la lapicera, escribo versitos, algún que otro poema sin encontrar la palabra, ladro y me despierto con ganas de soñar lo que queda del sueño

II

la última vez me vi tirado como la seca del hombre de vitruvio, pasé por al lado como si nada, mirando como mira todo el mundo hacia otro lado con una sonrisa diabólica o un pucherito, estúpida mueca de gárgola así desde lo alto

III

cae la copa de vino, hasta el instante antes de estrellarse sostiene el vino como la mano que al instante previo sostiene la copa que sostiene el vino sin sospechar el derrumbe así también en el amor, buscamos otra copa

IV

la última vez me vi tirado, como la copa, me pasé por al lado como si nada y miré hacia arriba, vi a la gárgola con su mueca estúpida en lo alto

V

en el aire sólo se puede hacer una cosa: volar y escribir o ser como un clavel del aire y vivir del aire sin hacer nada

VI

no sueño como el caballo de piatock, sé que no hay nadie justo y no sé si sólo la muerte es pasajera. No sueño

VII

me gustaría soñar lo que queda del sueño, no sé, algo inédito entre un sol de noche y un clavel del aire

VIII

entre las ramas del árbol al lado del clavel del aire hay una flor de pétalos pentagonales negros y blancos, me trepé a descolgarla, cuando estaba arriba mientras hago una mueca mueca estúpida como de gárgola pienso: hechó raíces en la misma tierra que piso, mira al mismo cielo, mientras alguien se ahorca, o lo mea, o le hace un tatuaje sin sentido o se sube a buscar el fulbito

IX

una flor de pétalos pentagonales, sello de barro en medio de la pared recién blanqueada a la cal: la infancia

X

acercá tu oreja a mi boca, como a un caracol que levantas de la playa, no vas a escuchar el mar, sólo un murmullo, cuchá cuchá como caen los sueños, cuchá cuchá paf paf como se quiebran al estrellarse contra el piso como la copa de vino. Cuchaste? Bueno, no te quedes como un clavel del aire.

La infancia. Caligrama