Un poema de Rigolleau

tengo un vaso de vidrio

donde tomaba soda

con un chorro de talacasto

las gaseosas

eran pa las fiestas

sobrevivió 

al golpe de onganía

a la junta militar

a la guerra de malvinas

a las mudanzas

a mis divorcios

a la inundación de Tolosa

vidrio celeste

grueso

irrompible

hoy 

lo uso para tomar 

tinto

o whisky

un objeto inútil

como un poema de vidrio

Instantes nocturnos

el vino siempre

algo te susurra

bebe el poema

incliná la oreja

hacia las palabras

enredate en sus sonidos 

de lengua y de sueños

quemá el poema

mordete la lengua

quebrá el sueño

que no quede nada

ladrá 

sacá corriendo a todo

que quede

sólo lo mudo

la copa vacía




ladrá  sin mirar al cielo

         sin mirarte el ombligo

ladrá con los ojos cerrados




el mundo huele a podrido

el asado está carísimo

y el juego perdido

que no te ensucie 

la mugre nuestra de cada día

que no te arranquen

como yuyo la esperanza




el abismo

no es el lugar

donde podemos caer

el abismo

no es un lugar

el abismo

es un instante

nadie

lo ve venir

caemos

con pies de plomo

con los mismos 

que caminamos

sobre la tierra




entre poemas y tinto

aparece huguito

y me ladra

vos sos ese futuro

que nunca pensé