Cuántas veces
hay que morir
en cuántos pedazos más
hay que desparramarse
cuántas noches más
podemos escondernos
hablamos con señas
para que no nos escuche
el viento silba entre las piedras
despreocupado
una canción que nadie entiende
no quiero
morir en un lugar sin árboles
donde el sol
pasa una vez por semana
la carne
la sangre
el pis
la caca
se diluyen en el río
donde nos lavamos la cara
para despertarnos
abajo o arriba
de la tierra
los cuerpos jóvenes
se pudren
no nos queda ningún pájaro
en la cabeza
no nos queda nada
ni ganas de llorar
ni miedo
sólo enojo
no quiero ojos
ni oídos
sólo un cuerpo
y otro cuerpo
manos
y otras manos
y caricias
caricias
la vida
no sucede
hay que imaginarla
somos restos
siempre restos
dormir
es sorprendente
mucho más
despertarse
cuando estoy a salvo
tengo miedo
me silencio
me asolo
y prendo la luz
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