Una noche a la deriva con Olga Nilda Gugliotta

en medio de la tormenta
quién conoce
el secreto perverso
del viento
de los rayos

la sombra siempre
te agarra de las patas
sinusoides de palabras
oleaje de voces
nadie
puede ayudarnos
a salir de nosotros

maldoror siempre
anda por ahí

en el umbral del corazón
crecieron los yuyos
se ve el abandono
tiran basura

todo eso fresco
que teníamos
y nos alimentaba
se hecho a perder
una catástrofe climatológica
dejamos la puerta
de la heladera abierta
todo se pudrió
en medio del charco

en los días sin vivir
la muerte se babea
agarrate fuerte
porque ninguna mano
te va a sostener

te das cuenta
de lo inevitable
en medio de la caída
el instante antes del golpe
en cámara lenta
en silencio

gestos de desesperados
como esas figuras
de piedras humanas
en pompeya
no hay exorcismo
ni escarabajos sagrados
que te protejan
sólo cascarudos
que sin luz
entraron por la ventana

somos
mutaciones de la realidad
rehenes de otro mundo
juntamos
en un frasco de vidrio
esos grandes de aceitunas
instantes
que cada tanto miramos
entramos
al probador de la vida
y nos damos cuenta
que la única que nos queda
más o menos bien
es la que tenemos puesta

sumamos errores
o pecados
no sé cuántos
los necesarios
para tocar fondo
derrumbe
escombros
una nube de polvo
el aire

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