Poema interminable - caligrama

 


Un barrote más en la reja de lenguaje de Paul Pésaj Antschel

mis palabras

naufragan

se ahogan

en el oleaje del silencio

no vuelven

otras

se hacen médanos

de palabras inútiles

la briza

deja la piel pegajosa

las imágenes se deforman

en una lágrima

el cerebro nada

contra la corriente

el corazón

late a contratiempo

un grano de arena

rueda sobre granos de arena

los lugares

se mueven

según el viento

arriba el cielo

es siempre el mismo

las gaviotas 

picotean la cabeza

cuántas horas

le quedan al reloj

las palabras

en la playa

se miran de reojo

cuchichean entre ellas

un zumbido imperceptible

mientras

un dedo índice

me dibuja

en la arena

El poema que no destruyó René Char en 1928

los caminos que elijo

me lastiman los pies

                                                  me concentro en el cielo

no presto atención

al vuelo del pájaro

sino a lo que dibuja 

pinto esos trazos transparentes

para mantenerme a flote

entre los rayos de luz

de esta vida tan naufragio


me pregunto

si hacen sombra las estrellas

se me ocurren

palabras sin futuro

que quizá digan algo

dentro de millones de años luz

es decir

que no digan nada

no hay palabra para el infinito

infinito es sólo una palabra

                                                  el infinito es un límite  

para no enloquecer pensando

no hay fin

no hay lugar donde llegar

entonces decimos infinito

para imaginarlo

las palabras

no se arrugan

no sufren

aparecen de la nada

                                                  la nada es otro límite


me concentro en el cielo