mis palabras
naufragan
se ahogan
en el oleaje del silencio
no vuelven
otras
se hacen médanos
de palabras inútiles
la briza
deja la piel pegajosa
las imágenes se deforman
en una lágrima
el cerebro nada
contra la corriente
el corazón
late a contratiempo
un grano de arena
rueda sobre granos de arena
los lugares
se mueven
según el viento
arriba el cielo
es siempre el mismo
las gaviotas
picotean la cabeza
cuántas horas
le quedan al reloj
las palabras
en la playa
se miran de reojo
cuchichean entre ellas
un zumbido imperceptible
mientras
un dedo índice
me dibuja
en la arena
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