No hay un pez en el final del vuelo

Ahí va
el cangrejo
volando atravesado
por el anzuelo
hacia el mar
hacia la corvina
la tanza transparente
para la cinchada final
miro el duelo
cruzo los dedos
siempre
por el más débil
para el cangrejo
es tarde
la vida de uno
el alimento de otro
la fiesta
la muerte
al final llega
a los extremos de la tansa
también
al espectador
por más
que cruce los dedos

Cuestiones con las palabras

No somos nosotros los contradictorios, son las palabras.

A las palabras hay que estrujarlas hasta que no digan más nada.

A las palabras hay hacerlas pedazos, desintegrarlas para tratar de que muestren todas sus partes.

La palabra niega, hay algo que no dice.

Una misma palabra no te pega nunca en el mismo lugar de tu cabeza.

Por más que desnudes una palabra, le saques los disfraces, nunca la ves tal cual es.

Dale un instrumento, la palabra siempre ejecuta su mejor concierto para que cada uno escuche su propia canción.

Frena, sostiene, empuja, atrapa. La palabra, una masa, tiene su inercia.

Una palabra después de pronunciarla toma infinitas formas.

Una palabra no dice lo mismo todo el tiempo.

El silencio no existe, es una de las formas que toman las palabras.

Las palabras, nunca desaparecen.

Las palabras siempre dicen lo que quieren mientras nosotros escuchamos lo que podemos y viceversa.

Las palabras se las ingenian para escaparle al aburrimiento de decir siempre lo mismo.

En lo que resta, en el descarte, en lo que está afuera de la palabra, está la poesía.

Hablamos del borde, de lo que está afuera, también está el fondo, lo oscuro, ese lugar dónde dejamos de ver y sólo queda la palabra.